"El Gigante del Juicio y las Tinieblas del Norte"

fue asaltado por un monstruo espantoso,

 


un ingenioso autor, el P. Buenaventura Giraudeau (Girodó), utiliza la siguiente parábola: Un día, mientras un joven atravesaba un bosque, fue asaltado por un monstruo espantoso, que, teniendo una cabeza de león, poseía además siete grandes cabezas de serpiente. Al salir de la cueva, el animal se dirigió directamente hacia el caminante con ojos centelleantes, levantando las siete cabezas, sacando sus siete lenguas y haciendo resonar el aire con horribles silbidos. El joven, robusto y animoso, no se desanimó por esto; se mantuvo firme, sin llevar más armas que un hacha pendiente de la cintura, según el uso del país; la tomó y con el primer golpe que descargó sobre el monstruo, le cortó cuatro cabezas, y con el segundo, otras dos cayeron. El dragón, debilitado por estas heridas, permaneció algún tiempo tendido en tierra. Creyéndolo muerto, el caminante volvió a colocar el hacha en su lugar acostumbrado y continuó su camino, sin cortar la séptima cabeza. Apenas había dado algunos pasos, cuando, reanimándose el monstruo, se lanzó furioso sobre él, lo cogió con sus dientes mortíferos y lo arrastró a la cueva donde lo devoró.

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