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el Señor Jesús cuando viniere manifiesto del cielo, acompañado de sus valentísimos ángeles: "En llama de fuego dando vindicta a aquellos que no conocieron a Dios y que no obedecieron el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo". Con el fuego abrasador tomando venganza de todos los que no conocieron a Dios, ni obedecieron al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. "Quienes pagarán penas eternas ante el rostro del Señor y la gloria de su poder". Los cuales lo pagarán muy caro, muriendo eternamente, privados de su vista y gloria, y bienaventuranza eterna. Así que los malvados entienden que no habrá justicia ni castigo para ellos.
"Sume el cáliz del vino de mi furor de mi mano", dice Dios al profeta Jeremías, "y dáselo a beber a todas las naciones a las que yo te enviaré; beberán, se turbarán y enloquecerán ante el filo de la espada que enviaré entre ellos". Toma de mi mano el cáliz del vino de mi furor y dáselo a beber a todos aquellos a quienes yo te enviaré, y diles que lo beban. Beberán y se turbarán, perderán el juicio al ver el castigo que vendrá sobre ellos. ¿Y si no quieren beber?
Cuando no quieran aceptar el cáliz de tu mano para beber, les dirás: Así dice el Señor de los ejércitos: Beberán de todos modos, porque he comenzado a afligir la ciudad que invocó mi nombre, y ustedes, ¿quedarán impunes? No quedarán impunes".
Que Dios nos guarde de su ira. Si alguien piensa que, al decir el Señor que sus amigos beberán el cáliz, él como su enemigo no lo beberá, escuche lo que dice el mismo Señor: "Toma y bebe". Oh Señor, es muy amargo. Bebe aunque te sepa mal; bebe aunque no quieras. "Sobre los muros de mi pueblo subirán zarzas; ¡cuánto más sobre todos los montones de tierra en la ciudad gozosa!". Si en las casas de los buenos...
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