La Virtud de la Castidad y su Poder para Aliviar las Almas

para conservar la gracia, ayuda mucho el confesarse y comulgar a menudo



para conservar la gracia, ayuda mucho el confesarse y comulgar a menudo, el oír Misa cada día, el leer algún libro santo, el dar limosnas y hacer obras penales, el rezar frecuentemente oraciones, principalmente las del Padre Nuestro y Ave María. Yo, Señor, me comprometo a confesarme y comulgar tantas veces al mes o al año, a oír Misa y leer libros santos cada día si me es posible, a dar limosnas a enfermos, encarcelados o necesitados, a tener cama y aposento para que descansen pobres y peregrinos, a llevar o hacer llevar lo que me sobre de mi comida o vestidos, a visitar y consolar según mi posibilidad a los enfermos. 

No permitiré que el pobre que venga a mi puerta se vaya sin algún socorro. Acostumbraré a mi familia a que use con los necesitados de esta liberalidad. 

De la ganancia, frutos o rentas de cada día, daré algo como primicias a los pobres. Nombraré a Jesucristo por heredero, y en algún mendigo le sustentaré. Cuidaré de los míos cuando hubiere un pobre en la puerta me digan: Aquí está Dios. Pondré en la mesa un plato vacío que llamaré el plato de Dios, echando en él algo de cuanto pusieren para mi sustento. 

Comentarios