ruego ahora a Dios que haga en ti según tus méritos"

Entonces los Ángeles comenzaron a llamarlo para que fuera con el Señor


En la vida viciosa, el Abad Sifo mostró esto en el momento de su muerte, ya que estando muchos monjes en su celda, dijo: "Apartaos que viene Antonio del cielo", y todo el aposento resplandeció. Luego volvió a decir: "Los Ángeles vienen con los Patriarcas", y su rostro brilló de manera sobrenatural. Y por tercera vez dijo: "El Señor viene". Entonces los Ángeles comenzaron a llamarlo para que fuera con el Señor. Y Sifo les decía a los Ángeles: "espera"

Por la penitencia, le decían sus discípulos: "Ya no necesitas hacer penitencia". Él respondió: "Os digo de verdad que nunca la comencé a hacer", y así murió.

San Martín murió echado en el suelo sobre su manto de oración, en silencio, y dijo: "No conviene salir de esta vida sin hacer penitencia". Su rostro resplandeció y se volvió muy hermoso, siendo él feo en vida.

 San Agustín murió llorando y recitando los Salmos penitenciales, y dijo lo mismo que San Martín: "No conviene morir sino en penitencia". Ahora que hemos visto cómo debe ser la contrición, tratemos sobre la confesión.

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