"El Gigante del Juicio y las Tinieblas del Norte"

Muchos Santos siguieron el ejemplo de San Bernardo, y Cristo


San Edmundo, aún siendo joven de pocos años. Díjo :Yo, pecador, no pasare un día sin que me entregue a la contemplación de aquellas Divinas Llagas de Cristo.

Si amas merecer una vida santísima, configurarás una dichosa muerte, como Cristo prometió a este Santo, que expiró adorando la llaga de su Costado. Espero de tu piedad que, si el fruto de tan santo ejercicio lo aplicas a las almas de los difuntos, con grande aumento de virtudes, tu alma volará a la Gloria, y las de tus amigos más queridos tendrán el refrigerio que desean."

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