en tu Santísimo Cuerpo en la Cruz, socorre a tu siervo que redimiste con tu Sangre.

 


San Francisco Xavier, ornamento de la Compañía de Jesús. Este Santísimo Varón empleaba cada día media hora en la contemplación de sus penas, por graves y urgentes que fuesen sus negocios, y deseando alcanzar alguna gracia, así decía: "Jesús, Dios mío de mi corazón, por aquellas cinco llagas que el Amor estampó en tu Santísimo Cuerpo en la Cruz, socorre a tu siervo que redimiste con tu Sangre.

  siguiendo el afecto tierno, con el Santo recitaba esta oración, podrás concluir con estas palabras: "Favorece a las Almas Santas que redimiste con tu Sangre."

 No podrás ejecutar ejercicio tan devoto si recuerdas que con grande afán buscaba todos los medios de alivio a los Difuntos, el cual discurría por todas las calles y plazas de la Ciudad de Malaca, y al toque de una campanilla despertaba los corazones de sus Ciudadanos para que rezasen por las Almas de los Difuntos, cuya costumbre se observa en todo el Oriente y en alguna Ciudad llamada Corona, y en esta piadosísima de Valencia todas las noches se hace la señal con una de las mayores campanas."

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