su mala inclinación, no tendrá fuerzas para apartarle de Dios



 después de la muerte está el alma segura, que ni el demonio, ni su mala inclinación, tendrán fuerzas para apartarle de Dios. 

 nuestra madre la Iglesia, en el segundo momento de la Misa, en el cual encomendamos y tenemos memoria de las almas de los que padecen en el Purgatorio, que han muerto con verdadera fe, y descansan en paz, libres de los peligros del mundo, 

si han muerto en Cristo, a saber es, en gracia suya, y duermen en sueño de paz; que ya no tienen con quien lidiar, ni peligro de caer del estado en que han muerto.

 tienen certidumbre de salvación, y con gran consuelo esperan gozar de la gloria. Así lo prueba doctísimamente y todos los Doctores Católicos. Y prueba fe con esta razón que es de Belarminio: Si las almas en el Purgatorio no tuviesen cierta la gloria podría ser por una de cuatro razones: o porque están en lugar donde se puede merecer y desmerecer: o porque es tan grande el sentimiento de las penas que padecen, que de tal manera las tiene absorbidas y enajenadas, que no les da lugar de pensar en la gloria que les está guardada: o porque no ha sido conocida su causa ante el tribunal de Dios, ni se les ha dado la sentencia. A todas estas razones se responde, que ninguna de ellas obsta a la verdad que se ha dicho.

 No la primera, porque como queda dicho en el capítulo precedente, las almas en el Purgatorio ni pecan ni merecen."

Comentarios