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eso, el demonio, elevándose con una arrogancia extraordinaria, las Escrituras afirman que había pretendido la divinidad.
Dios mismo nos declara a menudo que es un Dios celoso, que no puede tolerar a los soberbios, que rechaza a los orgullosos ante su presencia, porque en realidad se colocan como sus rivales y tienen la insolencia de querer tratar de igual a igual con él. Vamos a los hechos. El orgullo ha levantado contra Dios al universo entero. El orgullo subió al cielo, corrompió a sus ángeles, llevó hasta su santuario el tumulto y la rebelión. El orgullo descendió a la tierra, se insinuó en el
corazón de nuestros primeros padres y los convirtió en ingratos, rebeldes y pecadores. Toda nuestra naturaleza está infectada de orgullo. El orgullo es la fuente de casi todos nuestros pecados. El orgullo nos ha dado la ambición, que nunca nos deja en paz, nos agita constantemente para lograr nuestra expansión, incluso a expensas de los demás. El orgullo nos ha dado la envidia, la calumnia, que nos llenan de veneno y odio mutuo, que convierten nuestra lengua en un arma."
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