Nunca respondas si escuchas que tu nombre es llamado por el río”

Eso es señal de que no sabes qué es la gloria ni el infierno

 


Un monje dijo al Abad Teodosio: "Me siento flojo". Respondió el Abad: "Eso es señal de que no sabes qué es la gloria ni el infierno, porque si lo supieras, aunque tu celda estuviera llena de alacranes, no saldrías de ella. Pluguiera a Dios que hubiera tanta diligencia en amar y servir a Dios como la hay en servir a nuestros deseos. Dios está en todas partes y ampara a los diligentes que pelean; Él nos quiere curar, y nosotros huimos de Él y seguimos a Faraón, gran tirano, que pone gran yugo y trabajo sobre los que desean y procuran alcanzar sus vanos deleites".

Fray Gil decía: "El perezoso pierde la vida presente y futura, y bienaventurado el que gasta su tiempo y fuerzas en servir a Dios. Decidme, si os diesen una fuente que corriera aceite o vino por un día en vuestra casa, ¿gastaríais en jugar o en buscar vasijas para enriqueceros? Así nos da Dios la vida presente para merecer la venidera, y nosotros la gastamos en vanidades".

Otro monje dijo a otro viejo: "Ya soy flaco y mis pensamientos me vencen". Respondió el viejo: "No hables tú con tus pensamientos, sino levántate, lee o haz otra cosa, o canta salmos. Y como la madre pone acíbar en sus pechos para destetar al hijo, así tú acuérdate del infierno y el juicio".


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