Esta creación perfecta se encuentra en la Virgen María

 


 en el orden de la naturaleza, toda la vida y perfección distribuidas por Dios en el universo se concentran en el ser humano, quien es una especie de microcosmos. En el orden de la gracia, Jesucristo necesita una creación que incorpore todas las perfecciones, formada a su imagen y semejanza, como el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. 

Esta creación perfecta se encuentra en la Virgen María, no en otros santos como San Juan, San Pablo, San Agustín o San Bernardo, quienes, a pesar de su grandeza, no alcanzan esta suprema perfección. La Virgen María es presentada como la Reina de la gracia y de la creación, siendo un modelo perfecto de imitación de Jesucristo. Se resalta que Dios, en su creación, hizo un esfuerzo especial similar al de la creación del hombre, anticipando durante cuatro mil años este milagro de su gracia.

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