"El Gigante del Juicio y las Tinieblas del Norte"

Historia de Saturno

 


. El más antiguo Dios, según los poetas, fue el Cielo, y entre otros hijos tuvo al Tiempo, a quien llaman Saturno. Su cruel padre, cansado de tener ya tantos nietos, le cortó el pene con un fuerte hachazo y lo arrojó al mar. De allí, y de la espuma de las olas agitadas, nació la diosa Venus. Al ver frustradas sus ideas, su abuelo se irritó, pero sofocó sus iras en su pecho. Titán, el hermano mayor de Saturno, y a quien correspondía el reino, cedió su derecho a Saturno para dar gusto a su madre Vesta y a su cuñada Cibeles, bajo la condición (por ser antes del suceso del hachazo) de no conservar vivo a ningún hijo varón, para que el imperio del mundo volviese a esa línea. Saturno, exacto en cumplimiento de tal pacto, devoraba a sus hijos, pero todo su desvelo fue en vano gracias a Cibeles, su mujer. Con motivo de haber parido a Júpiter gemelo con Juno, mostrando esta a su marido, mandó que criaran a Júpiter en secreto. Temiendo ser descubiertos por el llanto de Júpiter, formaron la Dactilia, un ruidoso baile o juego en que chocaban unos con otros al compás armonioso con pequeños escudillos de bronce. De este modo consiguieron que Saturno no oyera los gemidos de Júpiter, Neptuno ni Plutón, sus hermanos, que nacieron después de él y fueron criados con igual cautela a expensas del materno cariño. Cibeles fingió que una piedra era el recién nacido y, crédulo, Saturno la devoró. 

Pero Titán fue menos crédulo, y junto con sus hijos, los Titanes, descubrió el engaño, por lo que declaró la guerra a Saturno, venciéndolo y haciendo prisioneros a él y a Cibeles. Ya adulto, Júpiter los liberó. Temiendo que uno de sus hijos le quitara el mando y el reino, Saturno armó asechanzas contra el mismo Júpiter. Este, al ver un delito tan horrendo en su padre, a quien poco antes había liberado, lleno de enojo se defendió valientemente y logró obligarlo a huir del Cielo. Ya en la tierra, Saturno se ocultó en Italia, cuyo país tomó por esto el renombre de Latium. Su rey era Jano.

Saturnales

Las saturnales eran un festival que tenían los antiguos romanos para celebrar lo que ellos llamaban "el renacimiento" del año, cuando se cumplía el solsticio de invierno, que en el calendario juliano (que rigió al imperio y a Europa durante siglos) se celebraba, curiosamente, el 25 de diciembre.

Sin embargo, la fiesta comenzaba ocho días antes, el 17 de diciembre, cuando se les daba vuelta a las normas que gobernaban ordinariamente: los hombres iban vestidos de mujer y los amos vestidos de sirvientes, entre otras convenciones a la inversa.

Pero aquí es donde comenzamos a ver las similitudes: las casas se decoraban con vegetación, se encendían velas y… se entregaban regalos.

"Esta celebración se hacía en honor del dios Saturno (por eso el nombre) y se caracterizó siempre por la relajación del orden social y por una atmósfera de carnaval", señala la historiadora australiana Marguerite Johnson, en diálogo con BBC Mundo.

Johnson hace hincapié en que la celebración en honor a Saturno cuando comenzaba el invierno tenía un sentido: Saturno era la principal deidad para los romanos.


"Era el dios del tiempo, de la agricultura y las cosas sobrenaturales. Como los días se acortaban y de alguna manera la tierra moría de forma simbólica, era necesario que el dios del tiempo y la comida estuviera contento", señala la académica.


Y como parte de esa tradición de congraciarse con el más allá y con los demás, se introdujeron los regalos.

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