- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Maravilloso caso es el que se refiere en la vida del apostólico varón, Padre José de Anchieta, taumaturgo de nuestros tiempos, fervoroso amante de las ánimas, a quien muchas veces se le aparecían solicitando sus oraciones y sufragios. Vivía este venerable padre en el Colegio de la Compañía de Jesús, de la Bahía en el Brasil; cuando fue llamado lejos de la ciudad a oír de confesión a un enfermo. Iba con su compañero, y al pasar de noche por una laguna, oyeron ambos unas voces lastimosas, como de personas que las estaban atormentando. Quedó como desmayado su compañero y sin habla, ocasionándole tan extraño efecto el oír tristes lamentos en el horror de la noche y en lugar tan despoblado. Alentóle el siervo de Dios, que con instinto del cielo entendió lo que significaba tan inopinado suceso.
Cinco veces, el Padre Nuestro y el Ave María, acompañó su oración el caritativo padre, y habiéndola concluido, no oyeron más los quejidos tristes que salían de la laguna.
Breve fue la oración, pero penetró los cielos porque nació de un corazón ardiente. Así lo asegura el Doctor Máximo San Jerónimo, que rezar con fervor un salmo vale más que todo el salterio con tibieza (Serm. 19).Refiere Pelbarto que cierto obispo tuvo esta visión en sueños. Vio que un niño, como hace el pescador, sacaba de un pozo el alma de su madre; el sedal era de plata y el anzuelo de oro. Levantóse a la mañana con la memoria de este sueño, y al pasar por el cementerio, vio que un niño estaba haciendo oración. Preguntóle: ¿qué haces, niño? Respondió: yo, señor, rezo la oración del Padre Nuestro y el salmo del Miserere por la salud del alma de mi madre. Ahora te explico que el anzuelo de oro era el Padre Nuestro, y el sedal de plata, el salmo del Miserere. Dichoso pescador serás, si con estos instrumentos te inclinas a aquel pozo cuyas aguas son llamas, a sacar las almas de tu madre.
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Comentarios
Publicar un comentario