Nunca respondas si escuchas que tu nombre es llamado por el río”

perdona nuestra culpa repetida; por lo grande de su llanto tierno

 


Jesús, que de la Virgen has nacido, del Espíritu Santo concebido: que muerte de Cruz sufres afrentosa, y hecho todo una llaga dolorosa: por amor de tu Madre, así afligida, perdona nuestra culpa repetida; por lo grande de su llanto tierno, condúcenos al gozo sempiterno. El honor, la alabanza y la alegría sean a Jesús, Hijo de María, en la Cruz extendido y enclavado, por redimir su pueblo del pecado. Amén.

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