La Boda de los Ángeles caídos

con todo cuidado guardemos el corazón

 


Un monje dijo al Abad Pedro Loth: "Cuando estoy solo en mi celda, estoy quieto, pero cuando viene el hermano, se inquieta mi corazón." Respondió Pedro: "Con razón por cierto experimentas eso, pues tu llave abre su puerta." Preguntó el monje: "¿Qué es mi llave y qué es su puerta?" 

El Abad respondió: "Preguntándole tú por las cosas del mundo, abres su puerta, que es su lengua, y dándote noticia de las cosas seculares, que son inquietas, te turban la paz que tenías con solo Dios, y se te entra el mundo por las orejas." "¿Pues qué haré?", dijo el monje. Respondió: "Donde no hay lloro y silencio, no hay arrepentimiento de corazón, sino liviandad y palabrería ,mandando el Sabio que con todo cuidado guardemos el corazón, pues de él procede la vida o la muerte."

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