"El Gigante del Juicio y las Tinieblas del Norte"

en premio de la impúdica recreación,

 


Bailando Herodías, alegró a Herodes, y por consejo de su madre pidió la cabeza de San Juan Bautista, y fue dada en premio de la impúdica recreación, como cuentan los santos Evangelios.

San Malachías, obispo, deseó estudiar. Oyó decir de un maestro, y fue a verlo. Lo encontró jugando con una pelota en una pared, y se desedificó tanto de la liviandad, que nunca más volvió allá, y así menospreció las ciencias humanas que antes había amado.

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