La Boda de los Ángeles caídos

gran temor que le tenían los demonios que no osaban estar en su presencia

 


El gran temor que le tenían los demonios que no osaban estar en su presencia a los primeros monjes católicos eran. Sus ásperas disciplinas, y el estar su cuerpo entero, dicen su gran santidad. Y en conclusión, los muchos milagros que hace ahora cada día con los que le llaman con fe y devoción. Todas estas obras y otras muchas que callo, dicen cuán bien edificó sobre el fundamento Jesucristo, pues tanto oro y plata, y piedras preciosas parecen de su vida, y tan claras y manifiestas al mundo; que presentándolas a la Católica y Real Majestad del Rey Felipe Nuestro Señor, movido con su cristianísimo pecho, a la devoción de este santo religioso, escribe a Su Santidad suplicándole que mande se entienda en tratar de canonizarle, y a su embajador escribe y manda que se lo suplique de su parte, y que él inste la dicha canonización con grande diligencia, para que se consiga. Y de todo, así de los milagros y vida, como de estas cartas de su Majestad, puedo dar fiel testimonio, pues voy con ellas, y con los procesos de los sobredichos milagros a Roma, para dicho efecto. Este pues y otros que callo, por no ser prolijo al lector, fueron los edificadores y arquitectos, los cuales sobre la piedra Cristo edificaron oro, plata, y piedras preciosas, cuya vida era santa, limpia y llena de obras buenas. Otros arquitectos y edificadores edifican sobre este mismo fundamento Cristo, heno, leña, paja, y zarandajas. Por estos que así edifican, se entiende la misma doctrina católica y verdadera, que predican los predicadores, predicando, no por aprovechar ni hacer fruto en las almas, sino con curiosidades y puntos delicados. De los cuales decía San Pablo que eran velut as sonans aut cimbalum tinniens, Que son como la campana que llama a los otros a misa y sermón."

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