La Boda de los Ángeles caídos

hay lugares subterráneos en que padecen las almas

 


San Vicente Ferrer llama corazón de ella (en el Sermón de las Dominicas después de Pentecostés), y la Iglesia, lago profundo, en el ofertorio de las misas por los difuntos. 

Y lo indica el evangelista San Juan en el capítulo 5 de su Apocalipsis, cuando afligido y lloroso , Lloraba inconsolablemente de que no se hallase ninguno digno de abrir aquel libro, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de ella. 

En esto último se denota que hay lugares subterráneos en que padecen las almas, y no pudiendo entenderse del infierno de los condenados, donde fuera muy impropio buscar quien descifrara aquella escritura tan sellada, que ni los Ángeles, ni los hombres, así los que están en la patria, como los viadores, parecieron dignos de leerla, que se hubiese de hacer pesquisa en el infierno, si había quien la leyese. Queda, pues, por legítima dilación, que habló el evangelista de las almas que están en el Purgatorio, y que este es un lugar subterráneo, que está más abajo de la tierra, que nosotros.


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