"El Gigante del Juicio y las Tinieblas del Norte"

orando por él, fue sanado.


30 discípulos, también de otros discípulos del mismo Odón del Merino. Se dice que fueron camino a Turín, de Francia, y siendo hora de silencio, salieron unos soldados a ellos, pensando que eran espías. Aunque los prendieron y les hicieron muchas preguntas, ellos callaban. El capitán, enojado, sacó la espada y quiso matar a uno de ellos. Comenzó luego a temblar de muerte y cayó de su caballo. Los soldados, para vengar la muerte de su capitán, echaban suertes para ver a quién matarían de ellos, y no cayó suerte sobre ninguno. Al entender que Dios los defendía, les rogaron que sanaran a su capitán y, orando por él, fue sanado.

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