La Boda de los Ángeles caídos

Sálvame, oh Señor, porque las aguas han llegado hasta mi alma

 

Salmo 68 (22): 

Sálvame, oh Señor, porque las aguas han llegado hasta mi alma'. El Profeta Rey clama pidiendo compasión en este conflicto, pues está sumergido hasta los ojos en aguas. ¿Y dónde se encuentra? ¡No hay sustancia! Dice que está atascado en el fango de un lago profundo, sin poder encontrar apoyo, sin que haya alguien que le tienda la mano para salir de ahí. Nuestra Madre la Iglesia nos indica claramente que este lago profundo en el que está atascado el Rey David representa el Purgatorio, cuando ruega a Dios por las almas de todos los fieles difuntos, clamando (23): 

Señor, libera las almas de todos los fieles difuntos de este lago profundo'. Según esta interpretación

 ¿representará David aquí el alma justa de un Rey, un Príncipe o algún Señor poderoso detenido en ese lago profundo del Purgatorio?

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 Sí. 'Estoy hundido en el fango del profundo lago'. Escuchemos entonces sus quejas y lamentos. Dice que está atascado en el lodazal de ese lago profundo: 'Estoy hundido en el fango del profundo lago'. ¿Y por qué? 'No hay sustancia'. Según la interpretación de Dionisio Cartujano: 'No son riquezas'. Está atascado en el lago del Purgatorio porque en su casa no queda un solo real para mandar celebrar una misa: 'No hay sustancia', 'no son riquezas'. ¿Cómo es posible? ¿Un Rey, un Príncipe, un Señor que dejó tantas riquezas en el mundo, que mandó a celebrar tantas misas, que instituyó tantas obras piadosas, que dejó tan generosos legados de caridad, puede decir que 'no hay sustancia'? Sí, así lo afirma el mencionado Cartujano. Continúa con el Salmo y entenderás la razón: 'No hay sustancia', 'porque me he convertido en un extraño para mis hermanos y un extranjero para los hijos de mi madre'. Dice que dejó en el mundo hermanos, dejó hijos, dejó parientes y amigos como albaceas de su testamento y ejecutores de su última voluntad, pero ellos le tratan como a un extraño, le miran como a un forastero, le han olvidado por completo; gastan su patrimonio y riquezas en lo que les place. ¿Y para las misas que encargó? ¿Los legados que dejó? ¿Las obras piadosas que instituyó?.

'No hay sustancia'. Aquí se queda hundido, aquí se encuentra atrapado: 'Estoy hundido en el fango del profundo lago'. Sin remedio, sin consuelo, sin alivio, sin memoria: 'No hay sustancia'. ¿Por qué? 'Me he convertido en un extraño'. No hay hijo, no hay hermano, no hay pariente ni amigo que lo admita, que lo profese. Es una gran desdicha, fieles, pero muy común; la experiencia nos muestra esto todos los días."

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