El Peregrino y la Visión Fatal

Un monje de la abadía de Cluny se encontraba peregrinando por los campos al caer la noche. Mientras caminaba, encontró a un hombre extraño, con una palma en la mano y una mirada penetrante.

—"¿Rezas las Completas echado?" le preguntó el extraño con voz grave.

—"No," respondió el monje. "No es saludable ni provechoso rezar de esa manera."

El peregrino, entonces, desapareció en un parpadeo, dejando una sensación inquietante en el aire. El monje, perplejo, se dio la vuelta y, al recordar, se dio cuenta de que el día anterior había rezado las Completas de una manera muy similar, reclinado y con su mente vagando. De inmediato, una gran culpa lo embargó, pues temía que aquella aparición no fuera una simple visión, sino un aviso de las fuerzas oscuras que lo acechaban.

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