- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Jacobus Jodoci de Rosa, originario de Cortrique, llevaba consigo un anillo en el que, según creía, tenía atado a un demonio. Con él conversaba al menos cada cinco días, pues lo consultaba sobre novedades, secretos y modos de curar enfermedades. Pero aquel anillo no era solo un instrumento de engaño y superstición: a través de él, Jacobus podía conseguir a la mujer que deseara, fuera casada o soltera, pues el espíritu que lo acompañaba le abría paso para seducirlas y atraparlas en su voluntad.
En una ocasión, cuando Jacobus entró en una iglesia, el sacerdote lo miró detenidamente y advirtió que el anillo brillaba de manera extraña en su mano. Reconoció que no era una joya común, sino un objeto maldito, cargado de poder infernal.
Finalmente, Jacobus fue apresado en Arnhem (Güeldres) y, tras el juicio, condenado al exilio. El anillo, considerado la fuente de sus artes prohibidas, fue públicamente destruido a martillazos por el propio canciller, ante la multitud, el 14 de julio de 1548. Así se puso fin a aquel pacto oscuro que Jacobus había mantenido con el demonio a través de una simple sortija que, en realidad, había sido su perdición.
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Comentarios
Publicar un comentario