La Virtud de la Castidad y su Poder para Aliviar las Almas

donde Cristo nuestro Señor celebró los misterios de su Cuerpo y Sangre

 


La primera Iglesia y Casa de Oración que hubo en la Ley de Gracia fue aquel llamado Cenáculo, donde Cristo nuestro Señor celebró los misterios de su Cuerpo y Sangre en la Consagración y verdadera Institución del Santísimo Sacramento del Altar; desde aquella hora, ese lugar quedó dedicado como Iglesia y Templo del más agradable Sacrificio a Dios. Esta Iglesia fue Madre de todas las demás que se erigieron en toda la Cristiandad. En ella se recogió nuestra Señora para esperar la Resurrección de su Hijo Santísimo, luego de que lo dejó puesto en el Sepulcro. Aquí se obraron innumerables misericordias y acciones gloriosas de la Iglesia, que sería prolijo enumerarlas.

Sea corona de todas la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, que fue en este mismo sitio e Iglesia, con tales circunstancias que daban muy bien a entender la grande veneración con la que se debía tratar aquel Sagrado.

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