¡Oh cuán venerables bodas son las que no saben de corrupción

 


Anisia, virgen,la joven más hermosa se su pueblo.doncella pobre y con pretendientes ricos se animaba ella misma a la virginidad, diciendo: "¡Oh cuán venerables bodas son las que no saben de corrupción! Por tanto, oh Anisia, permanece entera, como Dios te creó, para que cuando parezcas ante él, reconozca que está el huerto cerrado con el sello de la virginidad con que te creó." Y así el espíritu Santo le daba fortaleza.

cuando sus padres la aconsejaban que se casará con un hombre poderoso para ayudarlos ella decía;

Oh codicia peligrosa, que o dañas, o eres dañada: bienaventurada la sencillez .que está libre de estos peligros. Ay de mí, ¡cuán largo camino me resta de aquí a alcanzar el cielo.

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