vestidos con túnicas negras y caídas, trajes fúnebres, barbas y cabellos largos

 


Un hombre viajaba con un amigo por un camino largo y difícil. Se habían desviado por lugares remotos e intransitables, donde no se veía rastro de cultivo, sólo bosques, montes nevados y paisajes inaccesibles. La misma soledad del lugar infundía miedo.

Al acercarse el ocaso del sol y estando ya cansados por el esfuerzo, decidieron sentarse a descansar. Entonces, a lo lejos, oyeron la voz de una persona, y siguiéndola, vieron en una colina próxima la figura de tres seres enormes y terroríficos, de un aspecto más allá de lo humano.

Iban vestidos con túnicas negras y caídas, trajes fúnebres, barbas y cabellos largos, rostros horribles. Estos seres, con gestos y señales, los llamaban para que se acercaran. Ya casi habían sido atraídos cuando, de repente, se hicieron aún más grandes, mucho mayores que un ser humano.

Entonces, apareció otro, desnudo, de aspecto similar, que comenzó a realizar saltos extraños y gestos indecentes.

Aterrados por este espectáculo, los viajeros huyeron a toda prisa, descendiendo por un camino abrupto y escarpado, hasta que finalmente hallaron una pobre posada de campesinos donde pudieron refugiarse.



Comentarios